Humos de misterio (Tercera parte)
- Anna Soler Soler
- 13 jul 2020
- 10 Min. de lectura
Henry se fue con un paso firme. Justo después Steve entró cabizbajo y sus manos temblaban de forma muy sutil. Se acercó a paso de tortuga y levantó la cabeza en el momento en el que le saludé.
-¡Yo no he hecho nada! -dijo alterado y con los ojos totalmente idos.
-Tranquilo, Steve, sólo quiero que me expliques lo que estabas haciendo -le dije moviendo las manos para transmitirle calma.
Dejé que el silencio protagonizara ese momento mientras que Steve intentaba calmarse. Los temblores disminuyeron, y fue entonces cuando aproveché para iniciar el interrogatorio. Parecía que le costaba reaccionar a mis preguntas, seguía nervioso, lo que me denotaba que algo no iba bien, así que creí conveniente ceñirme a los aspectos relevantes, aquellos que Henry me había comentado.
-¿Es verdad que estuviste hablando con Lisa en las escaleras de emergencia?
-…-Puso los ojos en blanco, incapaz de mirarme me fijé como entrelazaba sus dedos-. Sí, pero, pero, fue por trabajo.
-Te comentó algo sobre el almacén, ¿verdad?
-Sí, del, del trabajo.
-Steve, por favor, no quiero que esto se alargue más de lo que debería. Puedes contarme que indicaciones te dio Lisa, ¿por favor?
El silencio volvió a adueñarse del momento. Veía que quería decir algo, pero solo le salía un balbuceo incomprensible. Dejé ir un suspiro largo, no había forma de avanzar en la conversación, así que decidí tomar otro camino, aunque no era el que precisamente quería utilizar.
-Sabes que cualquier información que no nos des o sea falsa, te puede repercutir contra ti, ¿no?
-…-los silencios perseveraban hasta que entre tanto balbuceo empezó a hablar.
-De acuerdo -dijo con nervios-. Lisa estaba enfadada porqué Judith había quedado la noche anterior con el jefe y quería vengarse de él. Sabía que una de las cosas que le pone más nervioso es que hubiera desorden. Entonces, me pidió que tirara las cajas que había en la estantería de los archivos del año pasado para enfadarle.
-Espera, ¿te especificó qué tipo de cajas quería que tirases? -le pregunté extrañado.
-Bueno, sí, pero yo creo que dijo un nombre cualquiera -dijo para restar importancia.
-¿Por qué lo hiciste?
-…-esta vez apretó con fuerza sus puños mientras su mirada impactaba contra el suelo.
-Porqué, porqué una vez me pilló cometiendo un fallo en la contabilidad de la empresa y me ayudó a resolverlo. Lleva todo este tiempo amenazándome que se lo dirá al jefe si no hago lo que ella dice.
Levantó la vista con los ojos humedecidos, pero mostrando un rostro con rabia.
-¡Ya no puedo aguantarlo más!
Ese gritó resonó por aquellas cuatro paredes y estoy seguro que se oyó en toda la ciudad. Después de eso, se dejo caer sobre sus rodillas en el suelo con la respiración agitada. Dejé de lado el interrogatorio para proporcionarle ayuda. Miré a mi alrededor y vi que lo más parecido a una bolsa eran unos sobres de papel marrón. Los agarré y se lo di para que pudiera centrar su respiración. Poco a poco se fue calmando, al igual que sus temblores. Se quedó sentado en el suelo, mientras decidí echar un vistazo a las cajas que había por el suelo y todo el papeleo que había esparcido. Me fijé en que la mayoría de ellos correspondían a unas transacciones que había realizado la empresa, todas siguiendo el mismo modelo y color, excepto una. Había una que predominaba el color rojo, presentaba algún incumplimiento o fallo. Sin embargo, lo más extraño era que el sello que había antes estaba borroso y no se podían leer las letras: “Revisado”, pero se podía entrever que había estado allí, por los restos de tinta. Lo curioso fue que había un sello rojo marcado con las letras: “Pendiente”. Ese documento destacaba frente a los demás por ese color estridente. Aún así, me extrañaba la diferencia de tintas en el documento.
-¿Puedo ayudarle en algo más? -dijo Steve interrumpiéndome mis pensamientos.
-Sí, ¿por qué viniste con Liam al almacén? -Steve se quedó petrificado al escuchar esa pregunta, se tocó la nariz y empezó a balbucear de nuevo.
-Bueno, es que yo, no sé… -sus ojos estaban perdidos en la habitación-. Es que tenía que llevar más papeles a la oficina y necesitaba la ayuda de alguien.
Había algo que no me cuadraba, la mirada perdida, ese gesto y el comportamiento.
-¿Liam se quedó en el almacén?
-Es que al tirar esas cajas, vi que se quedaba en blanco y me dijo que él se encargaría de recoger el desorden, así que le di las gracias y me fui.
-¿Volviste al trabajo?
-Fui a avisar al jefe para que pudiera ver el desorden antes de que Liam lo recogiera, sino lo que había dicho Lisa no serviría para nada. Pero vi que estaba ocupado con una llamada y me esperé afuera hasta que escuché que había pasado algo, el suicidio.
-Una cosita más, ¿sabes si Lisa y Carter habían tenido alguna relación sentimental?
-¿Y qué chica de la empresa no la ha tenido? -me contestó con ironía-. El jefe destaca por ser guapo y tener una buena posición en el trabajo. Es muy extrovertido y siempre está ligando con alguna que otra chica o mujer de la empresa.
-Pero, ¿crees que era consentido?
-Últimamente no hablaban mucho. De hecho estaba más por Judith y Liam. De hecho era de los pocos hombres con quien tenía confianza. Pero el jefe siempre ha sido un hombre que intimidaba a las demás, así que no me extrañaría que no fuera consentido.
-Interesante. Perfecto, con eso tengo suficiente.
-¿Me puedo ir ya? -me preguntó nervioso.
Asentí con la cabeza y le di las gracias por su colaboración. Creía que el caso iba avanzando a paso de tortuga, lo que no me disgustaba, pero todavía me quedaban piezas que encajar. Eché un ojo a mi bloc de notas y al resumen de lo hablado con Steve:
Conversación con Lisa en la escalera de emergencia.
Steve descontento con Lisa por un error en el trabajo. Ella le ayudó y ahora está en deuda.
Steve ayuda con una jugarreta a Lisa, las cajas.
Steve está con Liam en el almacén 9:52h.
Tira las cajas en el suelo y aparecen las hojas con una transacción sospechosa que vincula a Liam.
Relación sentimental entre Carter y Judith.
Carter acecha a las mujeres, entre ellas, Lisa. Posible acoso.
Durante la hora del crimen estuvo esperando a que Carter saliera de su cubículo.
Al cabo de unos segundos, Judith entró por la puerta con la mirada fijada en sus manos entrelazadas. Avanzó a pasos de gorrión. Se quedó parada frente a mí y poco a poco levantó la cabeza hasta que nuestros ojos se encontraron. Me saludó con un hilillo de voz que apenas pude entender.
-Te agradecería que durante el interrogatorio pudieras hablar un poquito más alto.
Asintió con la cabeza un par de veces y se quedó mirando el suelo. No me gustaba tener que hablar con personas sin poder tener un contacto visual, pero tampoco me podía demorar mucho más, así que empecé con las preguntas.
-¿A qué hora llegaste a las oficinas?
-A las… -dijo algunas palabras entre balbuceos.
-Perdona, que no te he escuchado bien.
-A las 9:00h. -contestó levantando la cabeza.
Le pregunté si podría hacer el esfuerzo de mantener la cabeza en alto para que la comunicación fuera más fluida. Asintió con la cabeza un par de veces más.
-¿Qué hiciste desde que llegaste hasta cuando se descubrió el cadáver?
-Trabajar -contestó y se mordió el labio inferior. Después hizo un barrido con la mirada alrededor de la estancia.
-Según tengo entendido a las 9:40h fuiste al baño, ¿es así? -le pregunté levantando las cejas.
Asintió con la cabeza de nuevo. Solté un suspiro, parecía que tenía que sacarle las palabras con una cuerda. En ese momento se llevó las manos a la boca y se mordió las uñas con una mirada perdida. Me fijé que el color de las uñas era rojo, igual que el de Lisa o, al menos, muy parecido. Sin embargo, en la parte del borde libre estaba sin esmalte y dejaba ver unas manos poco cuidadas. Me extrañó, porqué, aunque fuera tímida, se la veía atractiva y elegante.
-¿Siempre te muerdes las uñas?
-No.
-¿Podrías ser un poco más especifica? -le dije. Se encogió y miró a ambos lados.
-Solo cuando estoy en una situación que no me gusta.
-No te preocupes, esta sesión no durará mucho.
Empezó a hacer movimientos para estirar el cuello y se llevó su mano derecha al hombro como si quisiera hacerse un masaje.
-¿Cuánto rato estuviste en el baño?
-Unos 15 minutos.
-¿Te encontraste con Lisa?
-Sí, pero también había entrado alguien más.
-¿A qué te refieres?
-Pues… Yo estaba todo el rato encerrada en el cubículo del váter y escuché la puerta varias veces -se llevó las uñas a la boca de nuevo y miró al suelo.
-¿Podrías decirme cuántas veces escuchaste la puerta?
Se quedó pensativa mientras se fijaba en los dedos de sus manos, como si fuera un niño pequeño que estaba aprendiendo a sumar.
-Tres.
-¿Pudiste escuchar algo? -le pregunté intrigado.
-Solo dijo que saliera de allí a la persona que había entrado.
-Luego, cuando saliste del cubículo del váter, ¿la viste?
-Sí. La verdad es que se sorprendió que estuviera allí, pensaría que estaba sola -dijo mientras encogía los hombros-. Sin embargo, hubo una cosa que no entendí.
-¿El qué? -vi que el rostro de timidez se había desvanecido, tenía los ojos abiertos como platos y empezó a temblar de forma leve.
-Me dijo que me mantuviera en mi sitio -me miró con miedo a los ojos-. Después se encerró en el váter, me lavé las manos muy rápido y me fui a la mesa de trabajo.
Esa información resultaba un tanto interesante, podría estar vinculado con Carter: la disputa por el amor de un hombre. Solté una risa irónica momentánea y aproveché para seguir anotando esos datos en el bloc. Los hechos eran claros, ahora me faltaba conocer un poquitín más sobre la relación entre ellos.
-¿Qué relación tenías con Liam?
Apartó la mirada y empezó a juguetear con sus dedos de la manos sin saber dónde mirar. Vi cómo se mordía el labio de nuevo y se tambaleaba. Le repetí la pregunta y le insistí que me contestara.
-Liam… Me, me había pedido para salir juntos.
-¿Eráis pareja entonces?
-No -apartó la mirada hacia un lado.
-¿Le rechazaste?
Asintió con la cabeza mientras se tambaleaba de un lado a otro. Se volvió a llevar las uñas a la boca.
-¿Y qué hay de Carter?
El silencio reinó en ese momento. Se me estaba haciendo un interrogatorio muy largo y tenía la sensación de que la información que sacaba era escasa. Tenía que ir haciendo movimientos con el cuello y mover mi pie para calmar aquella necesidad que tenía por un cigarrillo. Le volví a insistir advirtiéndole que conocía información sobre lo que había pasado la noche anterior. Se quedó petrificada por un momento y llevó su mirada al suelo, cerró los ojos con fuerza mientras apretaba sus puños.
-Tenemos una relación.
Se llevó las manos al rostro, cubriéndolo, y se podía entrever cierta rojez. Me llevé la mano a la nariz, en el entrecejo, y cerré los ojos mientras intentaba cuadrar todo esa información en la historia. Solté un suspiro y me fijé en Judith, quien había deslizado levemente su manos, viendo todavía alguna rojez que se filtraba entre los dedos.
-De acuerdo -dije para romper ese momento de tensión-. ¿Es una relación estable?
-No lo sé… -dijo mientras bajaba las manos y con una mirada triste-. Yo…Estoy enamorada de Mike… Y creo que Lisa también.
Pensé que la chica no iba mal encaminada. Por lo que me había contado, se veían celos por parte de Lisa, pero, no solo por Carter, sino también por Liam.
-¿Hablabas mucho con Liam?
-No, era muy pesado.
-Por eso te enganchaste más a Carter, ¿para hacerle ver que no tenías ningún interés en él?
-Más o menos -me quedé mirándola esperando que dijera algo más-. Ayer le dije a Carter que no quería que Liam ascendiera en el puesto de trabajo -paró en seco para llevarse de nuevo las uñas a la boca.
-¿Y eso?
-Tenía la sensación que aprovecharía tener un cargo superior para acecharme todavía más, así que le conté una cosa sobre Liam a Carter -ese día se iba a quedar sin uñas-. Me enteré que una vez, en una de las transacciones, Liam tuvo un desliz e hizo que la empresa perdiera dinero. Lisa lo tapó para que no le pasara nada, pero yo quería decirlo todo para que lo echaran.
-¿Y cómo te enteraste de eso?
-Una vez escuché una conversación entre Liam y Lisa en las escaleras de emergencia -hubo un silencio fugaz y después de un suspiro continuó-. Ella le estaba diciendo que se presentaría a las pruebas para poder obtener un ascenso y parecía que Liam se alegraba de ello y le animó.
-¿Entonces? -me quedé extrañado al ver que todo parecía normal.
-Entonces, en un par de días, colgaron en el tablón de anuncios los candidatos para hacer las pruebas y allí estaban solo los dos: Liam y Lisa -tomó aire y lo soltó de un golpe-. Eso no le gustó a Lisa, así que volvió a hablar con él, otra conversación que escuché, y le amenazó con contar lo que había pasado en aquella transacción sino renunciaba al puesto.
-¿Qué pasó?
-Liam se negó.
Aquella información que proporcionaba resultaba un tanto interesante y que me ayudaba a encajar algunas piezas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Judith no soportaba a Liam y lo quería lejos de allí, pero hasta qué punto podría llegar. También me contó que entendía cómo se sentía Lisa, al fin y al cabo, era quien llevaba más años en la empresa y quien se merecía el puesto. Por lo tanto, las dos estaban de acuerdo que Liam no lo podía conseguir y que, por eso, ella avisó a Carter de lo que había ocurrido, aunque sin éxito. Escuché las manecillas de mi reloj, las ansias me recorrían por todo el cuerpo y necesitaba un tiempo para pensar. Gracias a Judith había recolectado la información necesaria que me llevaría a resolver el caso. Le dije que ya se podía ir y sin apenas mirarme se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Escuché un golpe seco y solté un suspiro. Acabé de anotar cuatro datos que me acababa de decir e hice un barrido rápido de aquello que había recogido.
Judith escucha las conversaciones a escondidas.
Estuvo en el baño de las 9:40 a las 9:55h.
Durante la hora del crimen estaba en la mesa de trabajo.
Tiene una relación sentimental con Carter.
Liam le pidió para salir juntos y ella le rechazó.
Judith sabía lo de la transacción de Liam y se lo contó a Carter para que no le ascendiera.
Necesitaba tiempo para procesar toda esa información, así que decidí que saldría a la escalera de emergencia para pensar y aprovechar para dar unas cuantas caladas a un cigarro. Me fui de aquella habitación cargada de un ambiente tenso, pasé por delante de todos los sospechosos y Tom, a quien le hice un gesto con la mano para que se esperara ahí con ellos. Mientras me iba, escuchaba los gritos de Lisa quejándose de que se quería ir a casa y a Carter pidiéndome para ausentarse e ir a una reunión que tenía programada. Levanté la mano mientras caminaba y moví el dedo índice hacia los lados.
-Tom, ocúpate tú durante un rato -le grité mientras abría la puerta que llevaba a las escaleras de emergencia.
Me senté en un escalón, puse la mano dentro del bolsillo desesperadamente y rebusqué entre todo el caos que había. De ahí saque mi paquete te tabaco, me costó abrirlo por los temblores que tenía en las manos. Luego, agarré el mechero del interior del paquete y con el cigarrillo en la boca me lo encendí. Solté un suspiro junto con el humo, exhalando una evocación de paz y tranquilidad que me llevó a pensar que estaba en otro lugar. Sentí que podía respirar, aunque fuera con ese matiz a nicotina que molestaba a mucha gente. Cerré los ojos, una punzada penetró en mi mente y abrí el bloc para leerme de nuevo las notas. Una sonrisa se dibujó en el rostro, ahora ya sé por qué.
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